Levántame, Señor! Mc 1,29-39

Mano tendida

Como a la suegra de Simón, no me dejes caído.

Tú sabes que tambien tengo fiebres frecuentes

y vivo en un entorno que me las genera.

Sáname de todas ellas y enséñame a levantarme.

A veces tengo la fiebre del orden y la eficacia;

en cambio, otras, siento la fiebre de complacer a todos,

en otras ocasiones es la fiebre del tener y del comprar,

y en algunos momentos, me envuelve la fiebre del poder.

Tú sabes bien que me cuesta vivir como tú enseñas,

que la fiebre del prestigio envuelve mis tareas

y la de cuidar la imagen me aparta de tu estilo sencillo.

Dame, Señor, autenticidad vital y ayúdame a ser coherente.

Sáname, Señor, de todos mis pequeños fallos,

para que yo sepa, a tu manera, ir generando salud alrededor,

creando redes fraternas y actitudes solidarias,

que nos hagan vivir mejor a todos, haciendo realidad tu reino.

Cuando Tú me das la mano, y me sanas,

me conviertes en alguien sanador y liberador,

que desculpabiliza, desdramatiza y facilita la vida,

que rompe la rutina y entusiasma en la aventura de ser

y de construir un mundo donde reine la paz y la justicia.

 Fuente: Mari Patxi Ayerra

Publicado:Finita Martinez