PALABRAS QUE VAN AL FONDO

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 “Jesús, pasa cerca de Juan que está con dos de sus discípulos. Al verlo, Juan dice: “Este es el Cordero de Dios”, alguien manso, humilde, que porta el peso de la Humanidad.

A estas palabras, “los discípulos de Juan siguieron a Jesús”. Seguir a alguien es caminar detrás, aprender a vivir como él.

Jesús sabe que le siguen, “se vuelve y les pregunta ¿qué buscáis?”  Pregunta crucial en la vida: qué es lo que deseo realmente, qué es lo importante para mí.

Ellos responden con otra pregunta: “Maestro, ¿dónde vives?, es decir: queremos conocerte, descubrir el secreto de tu vida, encontrar respuesta al deseo de sentido y plenitud que llevamos dentro.

Jesús les dice: “Venid y lo veréis” No hay discursos, solo la invitación a compartir su vida.

“Ellos fueron, vieron donde vivía y se quedaron con él aquel día. Eran las 4 de la tarde.” Lo que vieron y vivieron los marco de tal manera, que no olvidaron la hora y Andrés, uno de los dos, al día siguiente, no pudo ocultárselo a su hermano y lo llevo a Jesús.

La fuerza de la palabra, arranca de la autenticidad de la experiencia que transmite. La persona que se siente a tono con ella, la acoge y sin saber cómo, un camino de luz y sentido, se abre ante ella.

Jn 1/35-42

Finita